viernes, 3 de septiembre de 2010

...y el bigote nos amontona...

Bigote de hecho o de derecho? Poder o competencia? Mostacho o bozo? He ahí el dilema. Uno no elige a un jefe, generalmente, no? Si lo podés elegir, quizás ya no sea TAN jefe. Lo que sí podés elegir es con quién compartir el jefe. Digo, dentro de un equipo de trabajo con un mismo jefe, tendremos al chupamedias, al ortiva, al que se rasca, al que siempre le dan el aumento, al que labura y no lo reconocen, al que sabe más que el jefe y nunca lo van a ascender y otros. Bueno, entre esos, uno elige con quién criticar al jefe, con quién ir depilando ese bigote de facto. A veces uno elige por afinidad, otras veces por antigüedad, otras por sexo, otras por vecindad de escritorio y esta vez por exilio. Por algún motivo nos amontonaron del otro lado del piso, lejos de la bigotuda, no tanto como para no sentir su taconeo 42, pero lo suficiente como para poder subir el volumen de la música, compartir un almuerzo, el mate y no saber ni jota del trabajo de la otra. Después de todo, no está tan mal, no?

Al fin y al cabo quién no tiene un bigotudo o bigotuda en su haber. Lo que nunca me imaginé después de tanta militancia de base contra el autoritarismo, era que Ella le iba a terminar agradeciendo a un bigote haber conocido a Mi amiga.

La empresa nos contrata...

Vía Facebook, la otra tarde..."Todos tenemos, al menos, un bigotudo en el reparto. Mejor que sea tu jefe y no tu marido".

Mi: un bigotudo, un vigilante, un botón, un rompehuevos, un moralino, un cuadrado, un ... se entiende?


Ella: El problema no es la portación del bigote sino el uso indiscriminado que de él hace el portador.

Mi: tiene licencia para portar bigote, don? 


Ella: Mire, es una herencia. Mi madre tenía, y ya de pequeño me demostró el buen uso. Es de buen hijo respetar las enseñanzas maternas.


Mi: Por favor, ponga ese bigote sobre la mesa.


Ella: Pídame otra cosa, lo que quiera, pero por favor, no me pida el bigote. Es lo mejorcito que tengo... sin él me siento nadie. El bigote me respalda, por lo menos, cuando me insultan, no lo hacen en mi cara.


Mi: Alto! Suelte el bigote o disparo! De qué se ríe? Acaso el bigote le da esa impunidad????


Ella: Dispare si quiere. Pero no entrego el bigote. Es mi arma. Me da poder. Quizás hasta repela su bala. No sabe las cosas que ha repelido a golpe de vista nomás.


Mi: Bigote al suelo, tagarnas! Ese bigote se autodestruirá en diez, nueve, ocho, siete...


Ella: Ahora que la miro bien... usted no trabaja conmigo? Tiemble entonces, carajo... y deje de contar. Ahora cuento yo. Diez, nueve, ocho, siete... y no se confunda... es un bigote "autoayuda"... con él me siento en un baile de máscaras. El oculta todo lo que soy, él impone, él manda. Yo obedezco. Soy un sirviente de mi bigote. Pero él me hace feliz, me posee y yo me dejo poseer.


Mi: Dale, amor... sacate el bigote, prestámelo un rato... juguemos a intercambiarnos los roles!


Ella: De ninguna manera... yo no sabría jugar a ser vos. No sé divertirme. No sé cómo hacer para no vigilar. Lo mío es estar a salvo detrás del personaje.


Mi: todosssssssss (palmas) a mover el bigoteeeeeeeee!


Ella: No nos estamos entendiendo... no se me mueve ni un pelo del bigote. Mi bigote reprime, no suma adeptos. Intimida, no festeja.


Mi:



Bigote pa'rriba



Bigote pa'bajo



Mueveeeeeeelbigoteeeee



Bigote largo



Bigote corto



...



El bigote es mío y no se queja, un bigote que intimida y no festeja!


Ella: Seguís sin entender. El bigote es mío, mío, mío. Es lo único que tengo.


Mi: dale, lazy town... AFEITAMELAAAAAA


Ella: Jamás. Mi bigote crecerá y crecerá. Se hará fuerte, fornido, espeso. Es la autoridad. Es el imperio.