viernes, 8 de octubre de 2010

Lost

Vía Facebook, el fin de semana... "Lo acepto. cuando no se me ocurre qué hacer, seguro se me ocurre qué deshacer..."

Ella: ya te la estás agarrando con las camas revueltas...

Mi: o con el calzado...

Ella: o con el horno...

Mi: o la televisión, ponele...


Ella: o con las puertas abiertas...

Mi: o las tazas sucias sobre la mesa...

Ella: o con dejar tooooodas las cosas del desayuno sobre la mesada...

Mi: o con dejarlas en la mesa de luz...

Ella: o la cucharita adentro del frasco de mermelada, adentro de la heladera...

Mi: o con las cosas fuera de lugar en la heladera!

Ella: o con el shampoo destapado en la bañera...

Mi: o con el rollo de papel higiénico mojado adentro del bidet…

Ella: o la toalla húmeda arrugada en el palo de la cortina del baño...

Mi: o con el cable enredado de la afeitadora...

Ella: o el dentífrico destapado y presionado por la mitad...

Mi: o los calzones tirados en el bidet!!!!!!!

Ella: o los dedos negros marcados en la puerta del baño luego de dos horas de haber leído el diario (en el baño, obvio)...

Mi: o el charquito que me moja los pies al entrar al baño, porque quedó goteando la ducha y salpicó afuera...

Ella: o las medias hechas "bollito" al costado de la cama...

Mi: o la cafetera chorreando sobre el tender...

Ella: o la remera llena de agujeros que tenés que lavar, tender, sacar del tender, planchar (o no), doblar y guardar, cuando que vos esa remera no la usarías ni para limpiar los vidrios...

Mi: o la camisa nueva (no tuya, obvio) que se manchó con el café de la cafetera que chorreó sobre el tender... y la sonrisa de "todo bien".

Ella: o la camisa (tuya, obvio) que se arruga dentro del placard cuando guardan, por una vez en su vida, el jean que usaron la semana pasada...

Mi: o con todo el resto de lo que estaba en el tender cuando, por una /puta/ vez en la vida, "guardan" todo porque vienen visitas... que se te caerá encima más tarde cuando busques la camisa nueva (tuya, obvio) para plancharla para mañana...

Ella: o con el control remoto de la tele y/o de la compu y/o del apple TV y/o del home theatre y/o del aire acondicionado, ponele.

Mi: o el "puj pujjjj pupupupupuuuu puuuujjjjjj" del nuevo jueguito que tiene la compu... (mientras intentás escribir, o hablar, o dormir, o dormir a los hijos, o ver la película, o pensar en algo)

Ella: o los auriculares en las orejas cuando tratás de decir algo...

Mi: o con cualquier cosa en la cabeza cuando intentás agendar un evento, una cita con un médico (que probablemente ni
sea para vos), o coordinar la mañana de mañana (y que, por no haber podido interceptar tu propuesta, será caótica y malhumorada)...

Ella: o la respuesta automática si, si, si... a cualquier cosa que le digas, cosa que, por supuesto, jamás recordarán porque no lo escucharon nunca...

Mi: o la cara de culo del momento en el que se enteran que sí tienen que hacer eso a lo que dijeron que sí en automático...

Ella: o la cara de sorpresa por la novedad, porque recién la escuchan...

Mi: lo que no es novedad es que, viendo las camas revueltas, me dan ganas de deshacer el camino que me trajo hasta acá, patear todo lo que quedó tirado fuera de su lugar, y ser sola un rato!!





Lost en Youtube.

Desperate housewives

El otro día leí una nota en la que comentaban que Doña Petrona había elaborado un plan para que la mujer se organizara de manera tal que al cabo del día hubiera dado vuelta la casa y todo funcionara como una orquesta. TE-RRI-BLE!!! (Leela, no tiene desperdicio). Aunque quizás funcionara en esa época, si Ella tuviera que hacer tooooooooooooooooodo eso ahora y además trabajar 9 horas y viajar 3 necesitaría días de 48.

El punto es que la única forma que encuentro para que la casa “corra sobre rieles” es ser el director de esa orquesta y eso me cuesta, además de una bronca bárbara, alguna que otra discusión semanal, cruce de miraditas de “mamá está loca” y la pregunta de “para qué me casé”. Suerte que por lo menos esa respuesta la encontramos seguidito…

Puede ser que esté loca como piensan, puede ser que sea TOC como dicen, pero mis pequeñas obsesiones cotidianas me sirven para reemplazar al robot que imaginaba Doña Petrona. Y así, les hago guardar la ropa para lavar en bolsas diferentes según se trate de ropa de niños, de ropa blanca, delicada, negra, de color, o de cocina. Cuando lo hago, no puedo evitar recordar que me río de tus cubiertos ordenaditos tenedor con tenedor, cucharita con cucharita, cuchara sin cucharón. Estaremos CLA-SI-FI-CA-DAS? Y tengo un pizarrón en la cocina con el listado de comidas para asegurarme de que coman carne, cereales, verduras y pescado en su justa medida y armoniosamente. Casi como tus esquemas semanales para organizar tus comidas, las de él y las de la pequeña-Mi incluyendo vianda, desayuno, merienda y alacena del laburo. Seremos MA-NI-A-CAS? Y en el armario de los productos de limpieza hay una lista de stock con lo que hay y lo que falta para que sea más fácil organizar la lista del super. Igual que tu alacena de los envases cerrados separados de los envases abiertos. Y en casa los juguetes se guardan cada uno en su caja: los autitos con los autitos, los rompecabezas con los rompecabezas, los ladrillitos con los ladrillitos. Y las medias en el cajón de las medias, y las remeras en el estante de cada quién, y el azúcar lejos del jabón y la lavandina fuera del alcance de los niños. Así y todo, no es tan terrible como tus perfumes: los de verano separados de los de invierno, los altos atrás, los bajitos, adelante. Disculpame pero eso para Ella es too much, a pesar de que compartimos la terrible chifladura de ordenar en las billeteras “cada San Martín con su San Martín”.

Todo eso es el hazmereir de unos cuantos y el hazmellorar de Ella, pero la ropa está lavada, la comida preparada sin repetir y sin soplar, nunca se me pierde un billete y las compras se hacen en un periquete (por Internet, obvio).

Claro, eso revienta. Algún día revienta. Porque Ella es obsesiva, pero no es una máquina. Y cuando explota, salpica. Cuidado, algún culpable va a sangrar.


Desperate housewives en youtube.