viernes, 11 de febrero de 2011

Re: El santo

Nena! Qué poca onda le ponés!! Vos no entendés, cada oportunidad de “festejar” siempre será bienvenida. Siempre. No te olvides que sin excusas los maridos no entienden demasiado qué hacés vestida de pocahontas!? o cómo fue que te volcaste la crema chantilly en los pezones?!
Así que: men-ta-li-za-te. San Valentín es un gordito medio balín, patrono de una fecha comercialísima. Pero es un golazo aprovechar el momento para dejar volar la imaginación. Eso y para fletar a los pibes a la casa de mamá.
Bueno, vos no podés, es cierto… Pero podés pagarles la cabalgata en pony por el cañón del Atuel, ponele, y aprovechar a full la hora de la siesta!
Podés, también, cocinar algunas galletitas románticas con forma de corazón. Y con muchos frutos secos afrodisíacos. Podés decorarte, vos misma, con glasé real… y hacerte flechas en el cuerpo indicando el camino de montaña...
Obvio que aplica una cata de tintos que lo ponga en onda. Pero no te zarpes descorchando o lo único que te va a hacer sentir son sus ronquidos. Quizás sea mejor salir a recorrer viñedos y perderse entre las hileras de parra. Ojo, la uva mancha.
Otra buena idea, para suplir a las famosísimas postales electrónicas, es hacerse un auto-book de fotos hot con el celular y enviárselo por mensaje de texto. Tené cuidado. Si tenés poca señal puede que demoren tanto en llegarle las imágenes que las termine recibiendo mañana o pasado, ya de vuelta, cuando esté intentando mostrarle a tu suegra lo lindos que salieron los chicos con la cordillera de fondo.
No hace falta, tampoco, que hagas una mega producción! No te preocupes. Simplemente con que consigas tentarlo y logres acumular festejo suficiente como para tirar hasta el feriado de carnaval alcanza. Y ahí sí, agarrar fuerte la serpentina y apretar el pomo!

El santo

Sí, sí... Ella está de vacaciones. No te escribo por trabajo, pero necesito un par de consejos.
Resulta que en Europa, vaya uno a saber por qué, alguien hizo santo a un tal Valentín y lo relacionó con el amor. Además, parece que era obispo, sacerdote o no se qué. No sé cuál era su vínculo con el amor en el siglo XIII o XIV, pero no voy a indagar mucho a ver si se entera la curia y tramitan ante el Vaticano que le retiren el título al pobre Valentín que hace siglos que lo usa. El título usa.
Tampoco sé cómo, este tipo que ni enterado debe estar, empezó a figurar con su nombre bajo estampas de Cupido. Parece ser que desde hace siglos los comerciantes tienen que rebuscárselas de alguna forma y corrieron la voz diciendo que el fulano era el santito del amor y otras yerbas. Y entre otras cosas, establecieron que su cumpleaños era el 14 de febrero. Ah? No era el cumpleaños? Y qué festejan?
Bueno. El punto es que en este páramo perdido en medio de la cordillera (por no decir en el culo del mundo), conocen al chabón, y el sábado acá le hacen la fiestita. Digo, al santito. Entonces, a la hora del mate, cada uno de los que estamos alojados en el complejo tenemos que hacer algo para sorprender a su pareja.
Ella tiene un dilema. O varios. Primero que a mi marido no le gustan las sorpresas y menos en público. Luego, con qué lo sorprendo? Me disfrazo de Cupido o de obispo? Le hago un regalo alusivo al lugar en el que estamos? Un osito de peluche tomando vino? Le bailo algo? Con todo lo que Ella comió y bebió en estos días lo ideal sería la danza del vientre...
SUGERIME ALGO POR FAVOR TE LO PIDOOOOOO!!!!!!!
Besos y gracias por adelantado.