viernes, 1 de julio de 2011

Re: Nada es para siempre

Qué querés que te diga!? Yo soy como tu abuela, a Mi me encantan las mudanzas!
Me rompen las bolas, obvio. Odio embalar, odio el orden al que estás obligada cuando sos obse como yo… Pero, le saco provecho y tiro – tiro – tiro. Tiro todo, bah. Y, ponele, cuando pasado mañana esté en mi escritorio nuevo, no va a haber nada de todo lo que ahora se esconde por debajo del actual (una caja vacía, por las dudas, con 37 bolsas de papel madera de diferentes tamaños /también vacías / también por las dudas/ al repedo, dos resmas de papel continuo del año del toor, un masajeador de pies (¿?), mi cesto y el cesto del pibe que se fue la semana pasada…), gracia’dio!
Lo de mover muebles, bueno… acá es complicado. Eso sí, viste mi corcho de 1,20 x 1,20? Bueno, una vez por semana le cambio las fotos, mínimo se las cambio de lugar. Y, una vez cada tanto (cada bimestre, ponele) muevo la pc y el teléfono. Un poco para que los que se sientan por detrás de mí descansen de mirarme la pantalla y espiarme el Facebook o el YouPorn, ejem.
Así que, como verás, a Mi no me pone tan de malhumor como a vos la noticia. Además, poseo un abultado cv especializado en mudanzas. Fiel a mis ancestros gitanos, cada vencimiento de contrato levanto campamento y sigo. Tengo la sensación de que eso renueva energías, limpia un poco la vista, despeja de recuerdos que no siempre son los mejores a la rutina, qué sé yo! Soy culo inquieto!! Es casi el único deporte que practico, el de cansarme cíclicamente del orden de las cosas… además de romperle las bolas a Mi marido, porsupu. Sobre todo porque él es quién levanta las 74 cajas numeradas que contienen los libros ordenados por autor, ordenados alfabéticamente.
Cargo con 7 mudanzas en los últimos 11 años. Hacé la cuenta! (sí, en algunos casos perdí depósitos por rescindir el contrato)
Bueno, nena, ánimo… vuelve la columna, era hora. Estaba siendo tiempo de aflojar un poco con el cotorrerío, no? Me estaba pareciendo que mucha gente ya casi no trabajaba por escucharnos reír, carcajear, cantar, chusmear…
Dale, cambiá la cara… Ya fue!

Nada es para siempre

Te llamó Bigote???? Otra vez van a “reacomodar” el piso. Es por los jefes nuevos. Uno quiere vista al mar y otro a la montaña. Uno sol de mañana, otro de tarde. Parecen arbolitos en proceso de fotosíntesis. Son todos vegetales, inútiles para todo propósito en una oficina que no sea el decorativo. Supongo que Carmela se habrá hecho un curso de botánica en estos días. Esta mañana llegué y tenía cuatro canastos rodeando el escritorio. Los apilé y los cambié de lugar puteada al viento de por medio. Lo que menos me imaginé es que eran para Ella. Para mudarme necesito preparación mental y apoyo psicológico.
A Ella le gusta cambiar, pero cuando Ella quiere, no cuando la obligan, eh? Esta rotación me cayó mal. Es un mero revuelo de escritorios que me recuerda a la abuela. Cuando llegabas sin avisar siempre estaba moviendo los muebles, cambiaba el lugar de los sillones, la mesa, el tocadiscos, la tele (de tubo, blanco y negro y sin control remoto en mesita de rueditas… estoy mayor, lo sé). Aún escucho al abuelo gritando por llevarse la cama por delante o hacerse un huevo en la pierna con la mesita ratona…
Mudarse no es para cualquiera. Debería haber una carrera universitaria. Licenciatura en mudanzas, corrimientos y afines, ponele. Serán necesarias materias de corte financiero que permitan evaluar la conveniencia de pagarle a una mudadora o aguantar a tu suegra revisándote los cajones con la excusa de ayudar. Debería incluir matemática I y II orientando los ejercicios a sumas algebraicas del tipo {2 juegos de platos [(a+b)-(c+d)]}, donde ‘a’ son los de uso diario y ‘b’ los del juego de casamiento (que nunca usaste), ‘c’ los que vas a tirar porque son horribles y ‘d’ los que vas a romper embalando.
Ayudaría algo de historia con foco en los antecedentes del tema. Los indios nómades, por ejemplo. Y no estaría demás contar con materias de psicología para superar los recuerdos y no echarle la culpa a tu marido por los kilos que acumulaste desde las fotos del viaje de luna de miel hasta hoy.
Una optativa podría ser derecho, con material que permita enfrentar un juicio de divorcio por haber encontrado entre las cosas de tu pareja objetos de su ex. En algunos casos, puede llegar a ser necesaria una argumentación en defensa propia por el cargo de asesinato agravado por el vínculo si resulta que lo acuchillaste porque su ex tenía un lomazo y vos con estos rollos y envolviendo adornos en papel de diario.
Pensándolo bien, no sé si Ella llegaría a graduarse.
Te dejo nena, tengo que empezar a hacer las valijas. Parece que a partir de la semana que viene vuelve la columna entre Ella & Mi.
Y bue… Nada es para siempre.

martes, 28 de junio de 2011

#ponele13

Y se fueron a la B. A Ella no le gustó. Sí, sí… ya sé. Se lo ganaron. Los partidos se ganan con goles. Goles que no hicieron y que les hicieron. Pero me dio mala espina. También hubo “cositas” que los empujaron… Debe ser una simbiosis. De fanática, digo. Es como cuando te cuentan que se te fue la señora de la limpieza, o que renunció la chica que te depilaba y no podés evitar pensar qué harías si te pasa a vos. El marido de Ella, destrozado. Ni siquiera me animé a proponerle una compensación del “tercer tipo”. Y bueno, será que se les terminó una etapa y comienza otra. La de soportar las cargadas, la de levantar la cabeza, la de mandar a todos los corruptos a la reputísima madre que los parió… O la de darle una patada en el orto a Grondona y decirle “TODO PASA”, vos también, ponele.



Dedicado con todo respeto a Ariel, el amor de mi vida y a los hijos que tengo con él (que salieron gallinitas), a Paula, mi hermana, a Niko, que vendría a ser el primo de Ella y de Paula, y a mi amigo personal Pablo Vallés.