viernes, 31 de diciembre de 2010

Cuando calienta el sol...

Hace calor. Mucho calor. Pero es diciembre, hemisferio sur. Lo raro sería que hiciera frío. A Ella le gusta el verano. Mucho. Los días son más largos, te vas de día al laburo y volvés de día a casa. A Ella le dan ganas de hacer mil cosas en esta época. Con calor y todo. Porque lo que mata no es LA CALOR, sino la humedaT. Eso dicen todos, no? Pero no comparto. El punto es el agobio, es la suma de todos los factores veraniegos, incluyendo el del protector solar. La presión, la temperatura, la humedad, la sensación térmica... y contando. Con que se pongan de acuerdo dos de ellos, sonaste. Presión baja y humedad, ponele. Vas casi arrastrada por el piso, se te hinchan los pies y te aprietan los zapatos, el pantalón de vestir se te pega a las piernas, el corpiño lo llevas incrustado en las costillas y el pelo aplastado contra la espalda. Esperás mínimo veinte minutos el bondi, al sol, obvio y viajás parada. A la situación le tenés que agregar en forma de suma algebraica: [la gota que te cae por el escote + (la temperatura corporal x la cantidad de gente que hay en el colectivo) - (el poco aire que circula x la cantidad de ventanillas cerradas)] x el tiempo que tardás en llegar a la oficina.
No hagas la cuenta porque te deprimís. Por suerte llegás a destino y, si trabajás en edificio corporativo como Ella, tenés el aire acondicionado a 30 grados menos que afuera. Te bancás los dedos violeta de los pies durante las nueve horas de laburo, o tenés un par de botas comodín en el armario junto con el sweater bariloche o el poncho para evitar resfriarte semana por medio.
Lo mejor de todo es salir de la oficina y recibir el cachetazo ardiente de realidad en la vereda.
Y viajás de vuelta en condiciones similares, llegás a casa y recibís los abrazos fresquitos de los niños que están con el aire a full y te terminás de derretir, pero de amor.
Igual, eso dura apenas un suspiro, porque cocinar tenés que cocinar y qué elegís? el vapor de la cacerola o el fragor del horno?
Divino. Y ni te cuento a la hora del amor, no? O alguno de ustedes se queda abrazadito en verano “después de”? Ella no. Ella sale corriendo a ducharse y nos conformamos con unas palabritas cariñosas y 70 cm de separación entre cuerpo y cuerpo.
Ya me está bajando la presión... Ella no tiene nada contra el calor, eh? Pero estoy pensando que el calor tiene algo en contra de Ella.

Hace calor...

Por sms, la otra tarde...