viernes, 25 de marzo de 2011

Inconsciente colectivo

Ayer, mi hijo mayor preguntó por qué no había clases. Y Ella hizo lo que le dice la psicóloga, que nunca la contradice porque para eso le paga, contestó estrictamente lo que el niño preguntó: “porque es feriado, hijo”.
Pero el hijo de Ella no va a la psicóloga, así que siguió preguntando: “y qué festejamos?” Y Ella: no festejamos, es el día de la memoria. Y como además de preguntón es inoportuno, todo esto ocurrió delante del menor que con cuatro años, sólo estaba concentrado en la alegría de no madrugar y no tener que ponerse zapatillas.
Hete aquí que lo que sí le preocupó al chiquito es qué era la memoria. Y ahí saltó el mayor que no se iba a quedar callado, porque para eso es hijo de Ella. Resulta ser que para una criatura de siete años la memoria vendría a ser eso que tenés en la cabeza que te sirve para acordarte de las cosas que te pasaron otros días, por ejemplo de las vacaciones o de Papá Noel. Pero, tenés que tener cuidado, porque la memoria se acuerda de todo, y entonces cuando te vas a dormir, si te portaste mal no te viene el sueño, porque toooooodo el tiempo tenés la cabeza ocupada con eso que hiciste.
Y mientras monologaba cual Tato Bores, la cabeza de Ella empezó a dar vueltas por los resquicios de la memoria, justamente. Y recordé los años del horror. Esos años que de la niñez a la adolescencia Ella tuvo que masticar miedos y silencios. Pero también pensé en el presidente que propició el ámbito para el juicio a las juntas, y que se empeñan en que sea recordado por la obediencia debida. Y pensé en el presidente del indulto, que será recordado por la economía del uno a uno. Y también en el presidente que se abrazaba con el del indulto mientras lo firmaba y que será recordado porque hizo bajar el cuadro de Videla. Y en la presidente actual... Será recordada por establecer el feriado puente?
Salí de mi paréntesis mental y mi hijo seguía explicando: “además, mamá, papá, la seño, los grandes, buef… también tienen de ‘eso’ en la cabeza y se acuerdan de lo que vos hiciste. Y ahí sonaste, porque si es malo, te sacan la tele o la bici. Entendés?”
El chiquito lo miraba como preguntando si eso justificaba el feriado y yo lo escuchaba boquiabierta mirando para todos lados a ver quién iba a venir en mi ayuda.
Envalentonado con la audiencia absorta, el enano terminó diciendo que era importante eso de la memoria porque si la usabas bien te ayudaba a que lo bueno, lo volvieras a hacer y lo que hiciste mal no lo hagas NUNCA MAS. “NUNCA MAS”, repitió el menor con la fuerza del inconsciente colectivo.
Entonces los abracé. Fuerte, los abracé. Y lloré. Por lo menos mis hijos lo tienen claro. NUNCA MAS.


2 comentarios:

  1. Wow!! Muy sabios son los petisos, tan sabios que muchas veces tendriamos que preguntalea a ellos las decisiones de los grandes, ya que sus almitas virgenes y puras seguro daran la respuesta exacta!! Ahora, nosotros tendriamos que hacerles caso, no lo contrario! O no!?

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  2. Claro que sí. Los niños hablan con la pureza de su inocencia, con la sabiduría y la honradez de su candor. A veces también hablan porque tienen boca, y los querés matar, pero no es tema de este post. Este es para reflexionar.

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