viernes, 11 de marzo de 2011

...se amanece más madruga.

Tarde. Hay personas que llegan tarde un día, y no pasa nada. Hay otros que llegan tarde toda la semana, y el piso completo empieza a murmurar. Hay otros que llegan tarde muchos días del mes, y pasan a ser el tema del almuerzo. Pero están los que llegan tarde toda la vida. Esos son los imprescindibles para amargarte tu estadía en el laburo.
Ese último es el caso de Fulanita. Fulanita es claustrofóbica. A veces. Digo que a veces es claustrofóbica, porque otras dice que tiene agorafobia, y otras que tiene vértigo. Entonces, cuando llega tarde y presenta su excusa, lo hace según la fobia del día. Ella cree que es laburofóbica. Sus pretextos son geniales, dignos de programa cómico o de un ascenso, ponele. Quisiera saber qué haría Bigote si fuera su jefe. La mejor de todas: llegar con cara de circunstancia y decir, a los gritos “no me mires así, eh? Porque bastante tengo con lo que me pasó!!! Ayer fui al super y esta mañana no encontraba el café. Vos sabés que si no desayuno no puedo salir de casa. Una hora y media tardé en encontrarlo. Tuve una crisis de ansiedad”. Plop!
Pero no es la única. Todos tenemos nuestras coartadas y víctimas. El bondi no pasó, o pasó y no paró. Y si de parar se trata, son geniales los paros de trenes y subtes, porque aunque vayas a trabajar caminando, es justificación comprobable por radio y TV. Los chicos tienen fiebre, la señora que los cuida tuvo un problema personal, se rompió un caño, me cortaron el gas. Me vino y el ibupirac fem tardó en hacer efecto.
Todos tenemos un abuelo enfermo, un tío internado, una prima embarazada a punto de tener o un perro para llevar al veterinario. Los vacunatorios y laboratorios atienden de 8 a 10:30 y nunca falta un análisis para hacerse. Eso sí, si tu jefe es Bigote, elegí otro motivo porque por las dudas, te va a pedir que te hagas un evatest adelante suyo.
Los lunes o post feriado son los peores días para argumentar la tardanza. Hay que agudizar la mente para que nadie piense que estás alargando el fin de semana. Pero hay gente que no se priva de nada, ni siquiera de preparar un alegato. Entonces tenés el casamiento del sábado o el bautismo del domingo para fundamentar una gastroenterocolitis. La maratón a beneficio o algún arreglo en la casa para, recurriendo al trillado “los años no vienen sólos”, aludir a un lindo dolor de ciática.
En fin, la llegada tarde y la excusa ad-hoc son inherentes a la vida laboral. El que esté libre de justificativo, que presente certificado. Y termino acá porque estoy llegando tarde.

1 comentario:

  1. Y también hay gente que como lo cuesta mucho llegar a las 9 elige horario flexible de 10 a 19 y, así y todo, llega 10:30 ¡no podeeees! LB

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