viernes, 29 de abril de 2011

Comedor piquetero

Situación: Ella parada en la cocina, con el delantal puesto y un tupper vacío en la mano derecha elevada a la altura de los ojos. De perfil, con la mirada perdida entre el tupper y la heladera. En la cabeza, las neuronas chocando alocadas contra las paredes del cráneo buscando la salida. Vianda o comedor escolar? He aquí el dilema. Y qué preparan en el comedor? Lavarán bien la verdura? La carne estará bien cocida? Y la vianda? Llegar a casa a las 19:00. Bañarlos. Preparar la cena para que coman a las 20:30 así a las 21:30, como muy tarde están acostados. Jugar un rato con los hijos. Leerles un cuento en la cama. Mimos. Mirar los cuadernos, preparar el uniforme para mañana, lavar los platos. Ufff!!! Hacer la vianda vendría a ser para Ella algo así como la frutilla del postre del tipo que va camino a la silla eléctrica.
Qué hago? Me levanto a las 5 de la mañana para preparar el tupper? Cuando llego a la oficina ya estoy cansada. Debería pensar en un menú semanal viandero y dejar todo congelado el fin de semana. O cocinar doble porción a la noche y que se lleven al día siguiente lo mismo que cenaron. Se me ocurrió buscar en internet sugerencias y hasta encontré libros sobre el tema. Pero Ella leyó el índice y se dio cuenta de que se equivocó de facultad. Ella tiene el título universitario equivocado para esta etapa de la vida. ‘Balance de la pirámide nutricional’. ‘Adecuación de la vianda a la actividad diaria del niño’. ‘Aprovechamiento de los productos de estación’. ‘El desafío de las verduras’. En el siglo XXI para preparar el almuerzo escolar hay que ser doctor en viandología. Dentro de poco en la puerta de los colegios habrá un especialista de bromatología chequeando las heladeritas portátiles.
Ah!!! Ese es otro tema. Ya me imagino a los hijos de Ella con la mochila repleta de cuadernos y libros en la espalda, el bolso para pileta en el hombro izquierdo, la bolsita con los juguitos y galles para los recreos en la mano derecha, el rollo de cartulina para plástica en la mano izquierda y, supongo que a modo de mazamorrera llevarán la vianda en la cabeza. Pobrecitos!!!!!
Ahora… qué caro se puso el comedor, eh? Igual, tendría que hacer cuentas… El servicio de bebida, pan y microondas para la vianda sale $7 por día, más lo que gaste en preparar la comida, más los descartables, refrigerantes, etc y el tiempo de hacerlas no sé si es negocio.
Eso sí, Ella se asegura de la higiene y calidad del almuerzo hasta que llega al colegio. Qué harán luego con la vianda? La pondrán a los rayos del sol en el patio mientras están en la fila? La usarán para marcar el arco de fútbol en el recreo? Le calentarán el flancito junto con el guiso?
Creo que Ella va a seguir pagando el comedor. O no.

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