viernes, 4 de febrero de 2011

Mil horas

Cuántas veces vas a tener que decir “amor, la canilla del baño pierde” antes de hacerte el cursito de Plomería Práctica por Correo? Cómo eludirá el dilema nuestro queridísimo cónyuge y/o conviviente? Un tachito debajo del lavatorio? El chicle, como en la propaganda? Qué provisorio se eternizará?
A Mi me da, generalmente, por arrancar con un aviso:

“- Amor, se cortó la cinta de la cortina del living… lo podés mirar?
- Mmmhm… (chequeá: tiene los auriculares puestos??)”

Pero después de eso vienen épocas terribles. Esperar también implica “hacerles notar” o “hacerles recordar”. Y eso tiene consecuencias nocivas para la psiquis. Pasarse el fin de semana a oscuras o (peor) bajo la luz de dos bombitas bajo consumo, la no-circulación de aire fresco y su agravante: la intoxicación por olor a pata. Pasadas las primeras 48 hs, las condiciones cambian y a Mi me da por meter presión, simulando un pedido de presupuesto a MaridosaDomicilio.com, PyME conocida por mandarte a uno de esos que no se casan nunca (digo, porque no conozco a una sola mina que se haya llevado el premio de tener un marido que realice en tiempo y forma sus quehaceres).
Por último, me toca participar en esta clase de diálogos:

[…seis días después, habiendo desperdiciado mucha energía solar en penumbras…]

“-Hey! No era que se había cortado la cinta?! (sorprendido por la luz del día)
- Se había… tú bien lo has dicho…
- Pero… Mirá, se arregló! (mirale la cara, está a punto de replantearse eso de que “papa noel no existe”…)
- Mmmmhmmmm…”

La escena se repetirá al infinito. Desde los siguientes tres meses de haber comenzado la convivencia y hasta que la muerte o un gasista alto, morocho, musculoso y matriculado nos separe. Digo, sin ánimos de herir ningún ego machista.
Mientras tanto, a Mi me sirve haber aprendido a colocar apliques de luz, instalar térmicas, disyuntores, colocar azulejos, revocar paredes, destapar cañerías, cambiar flexibles y cueritos, regular el auto, cambiar el cable del acelerador, reforzar cintas de cortinas, sellar mesadas, usar el taladro con percutor, la amoladora, la caladora, las llaves de fuerza, la pico de loro…
Y, claramente, mientras más aprendo más hago.

Menos mal que hay algo que todavía no me hago sola y a él le sale tan bien!

3 comentarios:

  1. excelente!! podemos decir que solo sirven para 1 sola cosa?

    ResponderEliminar
  2. claro reflejo de los continuos requerimientos a los maridos, me siento identificada.. grande MI

    ResponderEliminar
  3. jajajaajajaja! muy bueno!

    ResponderEliminar