viernes, 8 de abril de 2011

Hasta que la mugre nos separe

Los lunes viene Mercedes. Bah, venía. De regreso de vacaciones, con cinco o seis bolsos tamaño catamarán llenos de ropa sucia, juguetes con tierra, zapatillas embarradas, Ella pensó: “mañana es lunes, viene Mercedes” y resulta ser que Mercedes no vino. Un pinzamiento lumbar. No vino más.
Juro que fue peor que la depresión postparto.
Tilo con manzanilla mediante, Ella fue saliendo del paso y mientras tanto, todas sus conversaciones con extraños y conocidos comenzaban con “che, si sabés de alguien para que venga a trabajar a casa, decime. Se fue Mercedes”.
(Por qué uno dice “alguien que venga a trabajar a casa”, o “alguien por horas”, o…? No sé, eh? Cómo sería la forma correcta? La empleada doméstica, no?)
Tanto preguntar, apareció alguien que andaba buscando. Trabajo. Buscaba trabajo. Y dale… vos la conocés? Porque esa es otra, Ella empieza con las pretensiones. Que sea de confianza. Que sea limpia, porque si no es limpia con sus cosas, qué se puede esperar. Que no falle. Que tenga experiencia. Que no sea muy grande. Que limpie bien, obvio.
(Qué es limpiar bien? Cada uno tendrá su mambo con la limpieza, no? Los vidrios Ella los limpia con agua y papel de diario, no con jabón y esponjita. Y a Ella no le gusta que le discutan sobre los vidrios. Y los adornos van con sentido estético, no formaditos como soldados en penitencia en el fondo del estante. Pero ese es el criterio de Ella. Discutir si usamos CIF o Mistermúsculo es como discutir si te gustan los rubios o los morochos, los peludos o los lampiños).
Nora. Nora puede también los lunes cosa que a Ella le viene de perlas para que no tenga que pagar una sesión extra de psicólogo por el cambio de rutina. El primer lunes canceló porque tenía traumatólogo y bla, bla, bla… que disculpas y todo eso. El segundo lunes canceló porque le dolía la panza y bla, bla, bla… que disculpas y todo eso.
(Todas las empleadas domésticas hablan tanto y tan rápido?)
El tercer lunes vino. Nora parlotea cual cotorra de conventillo, pero trabaja muy rápido. Lo primero que preguntó cuando se enfrentó a mi frondosa biblioteca fue si "en esta casa los libros se limpiaban". A Ella no le convenció, pero decidió darle una segunda oportunidad. Y el cuarto lunes ni apareció. Y que ni se le ocurra aparecer.
A ver, Ella hace de todo en la casa, no se le cae ni un anillo por encerar, cocinar, lavar. Menos coser, hace de todo. Coser. Dije coser. Pero no tengo tiempo. Si me ato el plumero a la cintura, en cualquier momento dejo también de co… Digamos que dejo de sentarme a comer.
Si saben de una empleada doméstica, el marido de Ella se los va a agradecer, o el próximo post va a ser buscando un abogado. De familia.

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